¡Hola a todos!
Una de las razones por las que compramos esta mesita con sus sillitas era para enseñarle a colorear cuando ya tuviera un poquito de más destreza con las manos y no le diera por comerse los creyones ¡Ese momento ha llegado!
Ayer estaba aburrido y saqué tres hojas de papel, las pegué con tirro a la mesa, saqué sus (bastante mordidos y rotos) creyones de cera y se le iluminó la cara.
Estuvimos bastante tiempo coloreando y cuando me levantaba, me señalaba con el creyón para que me sentara a dibujar ¡Una actividad relajante y en compañía! ¡Buenísimo!
Aquí les dejamos unas foticos y por supuesto la obra de arte pegada a la nevera ¡Yoohooo!
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