 |
| ¡Feliz 17mo cumplemes, amormío! |
Hoy cumple 17 meses el más chiquitino de la casa ¡Felicidades! Este último mes ha venido acontecido y tenemos mucho que contar.
En septiembre la abuelita Pris le regaló dinerito a Bebemío para la ropa de la temporada otoño-invierno y estuvimos de compras. Como ese mes y en octubre empezaron a bajar las temperaturas, teníamos al chiquitino con unas pijamas bellas y largas ¡al fin!
Además de cuellos tortugas y pantuflas para estar en la casa.
Este mes también descubrimos que la "siesta" no es tan divertida, pero que aunque no quiera hacerlas, a veces no lo puede evitar. En posts anteriores ya lo hemos visto hasta en video.
Ya sabemos que nuestro bebé ya casi no es un bebé, pero no me dirán que en esta foto se ve "mayor".
Octubre ha sido el mes en el que ha aprendido una de las habilidades que más temía: trepar. Cuando aprenden a trepar, ya prácticamente nada queda fuera de su alcance y eso preocupa mucho. Esta hazaña la hizo en sus primeros intentos de trepar. ¿Es para preocuparse o no?
Herencia o no, sigue siendo un aficionado a la tele.
Como le gusta mucho la piscina, seguimos yendo, aunque ya no haga calor. Resulta que en el club había una regla que para los niños mayores de 2 años era obligatorio el uso del gorro. Todos los días me recordaban que tenía que ponerle gorro, que aunque no tuviera dos años todavía, era mejor que se fuera acostumbrando. Él se quita cualquier cosa que le pongas en la cabeza, ni sombreros, ni gorras, ni nada acepta. Yo estaba esperando que creciera un poco más, a ver si se lo dejaba poner. Pues este mes nos informaron que a partir de ese momento era obligatorio el gorro para todos los niños, aunque fuesen menores de 2 años o que no tuviesen pelo. Pues no quedó otra que salir a comprárselo... las fotos son para morirse de risa y para nuestra sorpresa, no se quitó el gorro (no porque no quisiera, si no porque no podía, era difícil con la gomita y los salvavidas de brazos).
Otro 'Clásico' Barça-Madrid vino y otro clásico se fue, sin pena ni gloria, pero como todavía le queda su camisa, aprovechamos ese día para ponérsela y disfrutar del fanático-en-construcción de la casa.
Ya sabemos que está un poquito loco, pero hay días que amanece más loquito y pone estas caritas.
Octubre es el mes de Halloween y el año pasado no lo disfrazamos, por lentos. Fuimos que si el día antes a Carrefour por pura casualidad y vimos que había disfraces como pijama. Un mono con pie y manga larga, de una tela suave y gorro, perfecto para nuestro pequeñito de 5 meses, pero como era muy tarde ya no habían tallas para él. Me dio tanta rabia, que me prometí que para el año siguiente iría temprano para poder elegir. Este año lo hice y conseguí un disfraz de vampiro, también como pijama, por lo que será cómodo y podrá usarlo para dormir el resto del invierno. Estoy súper contenta, porque yo no quería ponerle un disfraz normal, porque suelen ser incómodos y él ya tendrá tiempo de ponerse los incómodos más adelante.
Como no le gustan los gorros, ya le estamos haciendo pruebas, a ver si el 31 se lo deja puesto.
Con la bajada de las temperaturas, el señorito se nos enfermó. Amaneció un día mocoso y así se fue empeorando con tos, estornudos y malestar general. A eso le sumamos que le empezó a salir una muela y babea como un perrito. Le duró más de una semana y hasta contagió al papi.
Uno de esos días que no paraba de llorar, Pecus se preocupó y para animarlo le intentaba pasar 'su' pelota con el hocico para que jugara con él. Le ladraba un poquito y empujaba la pelota. Éste no le hizo caso, pero no podemos dudar que las intenciones eran buenas. Pecus es muy solidario.
Como les contaba al principio, este mes aprendió a trepar, un desastre. Tenemos un sofa-cama al lado de la biblioteca y ese fue su punto de mira. Ahí empezó a trepar, con la ayuda de una silla que estaba al lado. El problema no era que se subiera, si no cómo se bajaba. Se lanzaba como si fuese una piscina, de pie, de frente, de lado... no le importaba nada. Como podrán imaginarse, era para morirse de miedo, porque así como se sube en un segundo, se lanza en un segundo, si te descuidas se parte la cabeza. Esa aventura le duró sólo unas horas, porque rebanándome los sesos llegué a una solución 'parcial': voltear el sofá hacia la pared. Así reduciría el acceso a una sola entrada y una sola salida. De genio, ¿no? jajajaja. Eso ha reducido los riesgos, al menos hasta que aprenda a bajarse. En estas enseñanzas colaboró mucho el papi el fin de semana y estamos más cerca de estar seguros de nuevo.
Como ya muchos saben, yo me quejo de los parques que están cerca de mi casa, porque están muy sucios y no llevo al bebé, porque es un stress estar pendiente de todo lo que agarra, no vaya a ser que agarre una colilla o un plástico, de terror. En el club hay un parque, que por ser privado, está súper limpio. Yo no lo había llevado allí, porque como no tiene columpios para bebés, no tenía nada para él. Pero ahora, que lo que necesita es correr y estar al aire libre (y ya se le quitó la gripe) lo llevé a celebrar su cumplemes. Lo disfrutamos mucho los dos y ahora es una opción para llevarlo todos los días.
Aquí les dejo las fotos y una pequeña sesión de cumplemes. Enjoy!
